Bella Vista |
Es imposible ser de Wilde y no haber entrado nunca en alguno de los veintitrés clubes del barrio. Si no está en la misma cuadra de la casa, lo tiene a la vuelta o a escasa distancia. Pocos barrios deben tener tres clubes en un radio de dos cuadras, como es el caso de la triada formada por el Juan Bautista Alberdi, el Jorge Newbery y el Bella Vista; los tres de camiseta verde y blanca, colores tomados, según algunas versiones, de la línea 15 que pasaba hace muchísimos años por la calle Zeballos.
El Trebol |
Barrio Azul |
El nacimiento de los símbolos barriales
Sudamérica |
Liga Vecinal |
Juan Cruz Varela |
Villa Gonnet |
Por ejemplo, la inauguración de Wilcoop (Monte y
Guaminí), el club más importante de
Wilde Este, data de 1960. El el club 25
de Mayo (Fabián Onsari 1270) fue creado en 1956, la Sociedad de Fomento Barrio
La Carne (Rondeau 1938) en 1965. El Real
Gonnet (Martinto y Campichulo), una esquina de reluciente amarillo y negro, es
de 1975, el mismo año que Wilde es declarada ciudad. Al Fátima (Polonia 650), con flamante natatorio
climatizado, lo inauguraron en 1984 y el
Juan Cruz Varela (Varela 6019), con instalaciones en plena remodelación, fue fundado 1987. Ya entrados los noventa nace
el Club social y deportivo Nuevo Sol (Méndez al 1300). La Casa de Italia (Crisólogo Larralde 5809), un centro cultural
y deportivo fundado por integrantes de la comunidad italiana en 2002, es el más joven de todos.
12 de Octubre |
Un día se apagaron en
silencio
Pocas
personas de las que a diario pasan por Polonia 272, justo al lado de la iglesia
de los Mormones, saben que ahí mismo
estuvo, hace muchos años, el Unión Football Club. Fundado en 1930 por un grupo de amigos llenos
de sueños, esta institución social supo vivir épocas memorables con sus bailes de carnaval y equipos de fútbol imbatibles,
hasta que un día que ya nadie recuerda dejó de existir.
Las fechas
de desaparición de los clubes son imprecisas, los vecinos que quedan de esas épocas tienen
datos vagos, confusos, sólo se acuerdan nítidamente de los mejores momentos. Es
que los clubes empiezan a morir lentamente y en silencio, hasta que un día cierran sus puertas para
siempre y casi nadie lo nota. Como en la
película Luna de Avellaneda, los problemas económicos y la falta de renovación de socios a medida que una generación se apaga, son las
principales razones de que desaparezcan.
Juan Bautista Alberdi |
Casa de Italia |
En los años siguientes aparecieron clubes que ya
nadie recuerda, como el Club Atlético Nacional, el Sportivo Wilde, fundado alrededor de 1921, el Newls Old Boys de Wilde en 1927, cuya sede
estaba en Mitre 6630.
Wilcoop |
Club Fátima |
En 1939
fundaron el recordado Indio Football Club, donde el gran maratonista Osvaldo Suarez corrió su primera carrera
durante los festejos del 25 Mayo del año 1948, quedando segundo en el podio.
Este club estaba en Cadorna al 200, donde hoy se ve una peluquería y un estacionamiento. El Atlético
Porvenir, inaugurado en 1934, se
encontraba una cuadra más arriba. De aquellos años también es el Club Atlético Federal, Estudiantes de Wilde y Unión y Fuerza, fundado en 1933, que estaba
situado frente a la Iglesia. La lista continúa.
Juventud de Wilde |
Otro de los clubes que los más viejos recuerdan con nostalgia es el Colombófilo, que fue
fundado en 1946 en Martin Fierro 120, en el mismo lugar donde hoy funciona un
conocido salón de fiestas. En aquellos
años allí se organizaban carreras de palomas todos los sábados y domingos. Desde su sede las aves eran llevadas en canastas hacia lugares alejados cientos de kilómetros,
y de allí emprendían un largo regreso
contra reloj.
Pasan los años pero el sentimiento es el mismo
El club suele ser el único lugar donde se mezclan
varias generaciones y los más
jóvenes tienen la oportunidad de
escuchar las anécdotas y consejos de los más viejos. Éstos son los portadores de un conocimiento especial
que no se aprende en ningún otro lado que no sea el club del barrio. Vieron
jugar a Labruna, Erico y Corbatta, que por supuesto, según ellos, fueron mejores que los jugadores actuales. También conocieron a Perón, estuvieron en Plaza de Mayo en el 55, escucharon la mejor
música, se colgaban del tranvía en
movimiento para no pagar, pescaron ranas del otro lado las vías, fueron más
piolas para chamuyar mujeres y tuvieron épicas peleas contra pibes de otros
barrios.
Dentro del club vemos nítidamente el paso de los
años, tenemos referencias temporales palpables. Los muros que envejecen, los parroquianos que
sin aviso dejan de venir, los trofeos que juntan telarañas sobre una elevada
repisa, la pelota “colgada” eternamente
en la cabreada del tinglado, a la que
miramos de reojo recordando el día lejano que la vimos volar y clavarse entre
los fierros, o las fotos con colores
desvaídos que cuelgan enmarcadas en una
pared, mostrando equipos pretéritos que
algún día defendieron los colores de la
institución. Todo eso fueron nuestros
días.
Wilde es sinónimo de club, de canchita, de
potreros que ya no existen pero que supimos de ellos por nuestros padres o
abuelos. Año tras año, década tras década, miles de niños wildenses han elegido un club para escaparse de la tarea escolar y
jugar con los amigos hasta el anochecer,
para crecer con la barrita del barrio entre cargadas, picaditos de fútbol, cerveza, pool o metegol y envejecer en largas jornadas de truco y anécdotas de la
lejana niñez.
La "Canchita de Venecia" frente al Barrio de la Carne....(llamada así porque cuando llovía se inundaba), ubicada donde ahora está el garage de la 17.....no era un club, pero para nosotros lo era.......juntarse para armar "picados" y cruzar Paysandú, para prendernos de una canilla "pública", aunque tenía dueña y nunca nos echó......hoy a la distancia (vivo en Paraná) me llega ese recuerdo......Abrazo al Barrio de la Carne.....!!!
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