martes, 5 de agosto de 2014

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FADI, LA PRIMERA PASIÓN

Los Rojos vs.Jorge Newbery . Categoría 2001


Una madre salta del banco con el mate en la mano  e increpa al referí porque creé injusto el fallo contra su  hijo. El marido trata de contenerla mientras el niño suelta algunas lágrimas a causa de los nervios que le produce la escena.

Si hay un denominador común entre los clubes de Wilde y del resto de Avellaneda, ese es el torneo de la Federación Argentina de Deportes Infantiles (F.A.D.I), donde juegan al papi fútbol unos 7000 niños y  del que han  salido jugadores  destacados como Gustavo López, Kun Agüero, Zanetti, Perico Pérez, Gustavo Costas, Rambert y la “gata” Fernández entre otros.  Esta federación, que fue creada el 24 de abril de 1959, es presidida desde 2012 por Leonardo País, que  también  es presidente del Juventud de Wilde.  



   Se vive con mucha pasión en  sus cinco divisionales: A,B,C,D y E (el año que viene se agrega la F).  A medida que se  asciende de divisional,  aumenta el nivel competitivo y también  la presión que ejercen sobre los niños tanto  padres como entrenadores.  “Ahora quitan puntos por cualquier hecho de violencia para que los padres lo piensen dos veces antes de actuar por impulso y perjudicar al club de sus hijos”, nos cuenta Mariano Cintioli,  representante del club Jorge Newbery  y padre  de Nacho,  un jugador de la categoría 2001.

La violencia juega de vez en cuando

“El año pasado le sacaron 135 puntos a un club de Wilde porque lo padres corrieron a un hombre del club contrario y lo cagaron a palos”, describe crudamente el delegado del  Jorge Newbery, un club donde  los chicos y padres se muestran distendidos, en un clima que más tiene que ver con disfrutar el momento en familia, que fabricar  futuros campeones de fútbol.

Incluso hace dos semanas  se vivió un hecho de violencia de género durante la fecha en  que se enfrentaron el Jorge Newbery y el Bella Vista. Apenas finalizado el partido de una de las categorías  más pequeñas, irrumpió un hombre dentro de la cancha e intentó llevar a su hijo por la fuerza mientras al madre trataba de impedirlo y recibía una serie de trompadas que la dejaron en el piso.   La rápida intervención de la policía hizo que el agresor desista en sus intenciones  y huya  en su camioneta. Por este hecho el Bella Vista sufrió una quita importante de puntos a pesar de que el hombre golpeador  es totalmente ajeno a la institución y lo que en realidad  hizo fue trasladar un conflicto doméstico al ámbito de un club.  Afortunadamente estos hechos de violencia son la excepción, pero cuando ocurren son sancionados con dureza por el tribunal de disciplina.



Un montonazo de clubes

En total juegan 132 clubes todos los sábados desde  marzo a diciembre.  Por semejante cantidad de instituciones deportivas que participan, la gente que pertenece  a F.A.D.I asegura que es la liga de fútbol infantil más grande de la Argentina.
 
Como toda liga,  también tiene sus jugadores destacados. “Pantallita”, del Cultural Juniors, es el Messi del campeonato, “Lauti” de Villa Heredia, es el arquerazo del momento y “Nacho” Cintioli, jugador del Jorge Newbery, es el Mascherano del torneo.

  Wilde tiene en la A al Estrella del Sud y al Juventud de Wilde.  EL Cruz Varela y Villa Gonnet están  peleando para subir a la A y el Jorge está puntero en la C, ya con un pie en la  siguiente categorí . Desde hace algunos años  el clásico de Wilde es Jorge Newbery contra el Juventud, pero de todas formas con  el correr de los años las rivalidades se renuevan.


La ventaja de ser local

Cada cancha tiene su particularidad. La del 25 de Mayo es tan pequeña, que las paredes de los costados están a tan solo diez centímetros de la línea, lo que obliga a realizar el lateral desde adentro de la cancha y que el referí no pueda decir ni mu. Al ser tan chica, el equipo local se hace fuerte  porque  conoce cada baldosa de la pista. La de Liga Vecinal es el extremo opuesto, es como un Maracaná del Fadi, incluso tiene buenas dimensiones para los partidos entre adultos.

 Villa Gonnet es el único club que aún tiene canchita de tierra, una rareza en estos tiempos, y cuenta con un pequeño alambrado que protege al público de los pelotazos que suelen terminar en una cabeza o, en el peor de los casos, contra un termo.
  
 Hasta principios de los noventa la cancha del Alberdi era un verdadero martirio para los arqueros. A causa de sus baldosas excesivamente ásperas, en cada arrojada  el guardameta dejaba literalmente la piel y el alma en la cancha. Afortunadamente, después  fue cubierta por una superficie sintética.

Futbol y algo más

El torneo no sólo es un ámbito de contención para los niños, también  tiene su cara solidaria. Cuando hace algunos años el Taller Protegido de Wilde sufrió un incendio que destruyó una parte importante de sus instalaciones, la federación realizó una fecha especial para recaudar dinero y colaborar en la reconstrucción del sector siniestrado. Recordemos que en el Taller Protegido trabajan jóvenes con distintas discapacidades intelectuales  en tareas tales como la   fabricación  de material eléctrico y juguetes, panadería y otros oficios. Allí se  capacitan para insertarse al mundo laboral.

 El “fadi” continúa siendo un espacio para que los niños se inicien en el deporte y hagan sus primeros amiguitos del barrio. En las jornadas de torneo se puede disfrutar en familia y pasar una linda tarde tomando mate con otros padres mientras miran los partidos. Es muy común que aparte de los niños, se hagan amigos también los más grandes. Es por eso que el fadi es una pasión de grades y chicos. 

lunes, 4 de agosto de 2014

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WILDE, TRADICIÓN DE CLUBES


Bella Vista
El Porvenir








Es imposible ser de Wilde y no haber entrado nunca en alguno de los veintitrés clubes  del barrio. Si no está en la misma cuadra de la casa,  lo tiene a la vuelta o a escasa distancia. Pocos barrios deben tener tres clubes en un radio de dos cuadras, como es el caso de la triada formada por el Juan Bautista Alberdi, el Jorge Newbery y el Bella Vista; los tres de camiseta verde y blanca, colores tomados, según algunas versiones,  de la  línea 15 que  pasaba  hace muchísimos años por la calle Zeballos.

El Trebol
Barrio Azul
 Si uno entra en cualquiera de  los  clubes de Wilde  seguramente encontrará un bufet, el infaltable metegol,   un pool o una mesa de ping-pong y por supuesto  la canchita en el fondo coronada por un tinglado donde los sábados se disputa el torneo de papi fútbol. Pero aunque parezcan casi lo mismo, es el espíritu de cada uno lo que los hace totalmente diferentes. La historia, los colores, los viejos personajes que juegan a las cartas y siembran las tardes de anécdotas, el olor indescifrable que brota del bufet, a veces rancio, a veces agradable. Incluso cada club tiene su propio silencio.


El nacimiento de los símbolos barriales

Sudamérica
 Muchos de  los clubes  fueron  inaugurados  en  la década del treinta,   años donde el controvertido caudillo  Barceló era amo y señor de una Avellaneda rebosante de industrias. La nueva clase obrera descubrió que la vida no era solamente la fábrica, y  que el tiempo libre valía mucho y había que disfrutarlo. Era común que un   grupo  de muchachos durante alguna charla de esquina decidiera   crear un club  como una manera de  reafirmar su identidad y pertenencia  al barrio.  Así surgieron muchas de estas  entidades sociales  que luego  crecieron  en actividades e infraestructura, muchas hasta el día de hoy. Otras, en cambio, quedaron en el camino.
Liga Vecinal
Juan Cruz Varela
  El  Estrella del Sud (Belgrano 5960), siempre con poderosos equipos de futbol,  fue fundado en 1933.  El Bella Vista (Zeballos 5826), “el Bella” para los wildenses,  y el  Juventud de Wilde (Lartigau 47)  nacieron en 1934. El Club Juan Bautista Alberdi (Zeballos 5652)  fue inaugurado en 1928, cuando despuntaba la explosión de clubes de barrio, aunque su cancha fue techada recién en los años noventa. A la vuelta de este último se encuentra el  Jorge Newbery (Bragado 5670), “el Jorge”,  creado en 1935, que tuvo su cancha de paddle cuando este deporte era furor.  Pasada esa moda fue reemplazada por un moderno gimnasio.  
Villa Gonnet
 Hay que aclarar que los clubes mencionados  pertenecen a la parte más antigua de Wilde, y que a medida que la población se fue extendiendo hacia el otro lado de las vías y más allá de Belgrano, aparecieron nuevas entidades sociales, algunas de fundación  reciente.
 
Por ejemplo, la inauguración de Wilcoop (Monte y Guaminí), el  club más importante de Wilde Este,  data de 1960. El el club 25 de Mayo (Fabián Onsari 1270) fue creado en 1956, la Sociedad de Fomento Barrio La Carne (Rondeau 1938) en 1965. El  Real Gonnet (Martinto y Campichulo), una esquina de reluciente amarillo y negro, es de 1975, el mismo año que Wilde es declarada ciudad. Al  Fátima (Polonia 650), con flamante natatorio climatizado, lo inauguraron en   1984 y  el Juan Cruz Varela (Varela 6019), con instalaciones en plena remodelación,  fue fundado 1987. Ya entrados los noventa nace el Club social y deportivo Nuevo Sol (Méndez al 1300). La Casa de Italia  (Crisólogo Larralde 5809), un centro cultural y deportivo fundado por integrantes de la comunidad italiana  en 2002, es el más joven de todos.
Jorge Newbery
12 de Octubre
Un ejemplo de  lucha para mantener con vida   una institución barrial es el  Cub Social y Deportivo 12 de Octubre, en Corvalán 1147. Esta  vieja institución fundada en el año 1950,  recién ahora sale de una crisis que lo dejó casi en el abandono. Gracias al trabajo de los vecinos y la ayuda municipal  se está reconstruyendo la cancha de futbol y otras instalaciones indispensables para  un club de barrio. En poco tiempo estarán inauguradas las obras.



Un día  se apagaron en silencio
Barrio de la Carne
Pocas  personas  de las que a diario   pasan   por Polonia 272, justo al lado de la iglesia de los Mormones,  saben que ahí mismo estuvo,  hace muchos años,  el Unión Football Club.  Fundado en 1930 por un grupo de amigos llenos de sueños, esta institución social supo vivir épocas memorables con sus  bailes de carnaval y equipos de fútbol imbatibles, hasta que un día que ya nadie recuerda   dejó de existir.

  Las fechas de desaparición de los clubes son imprecisas, los  vecinos que quedan de esas épocas tienen datos vagos, confusos, sólo se acuerdan nítidamente de los mejores momentos. Es que los clubes empiezan a morir lentamente y en silencio,  hasta que un día cierran sus puertas para siempre y casi nadie lo nota. Como  en la película Luna de Avellaneda, los problemas económicos y la  falta de renovación de socios  a medida que una generación se apaga, son las principales razones de que desaparezcan.
  
Juan Bautista Alberdi
En Las Flores al 900,  donde hoy funciona el Taller Protegido, hasta finales de los ochenta estuvo el Wilde Juniors. Los pocos vecinos actuales  que conocieron esta institución ubican su momento de esplendor en los años cuarenta y cincuenta. El club fue inaugurado alrededor de los años treinta en un edificio construido en 1922 que todavía se conserva original  y que en sus orígenes funcionaba como almacén.
  
Casa de Italia
Aunque no sea del agrado para  los hinchas de Independiente y Racing, es justo  mencionar que la primera institución social y deportiva de Wilde  fue Boca Juniors. Es difícil de imaginarlo pero fue  así. Los xeneizes no conseguían ningún terreno en el barrio de la Boca y aceptaron el ofrecimiento de un vecino de Wilde para salir del paso.  Durante el año 1914 tuvo su estadio en terrenos alquilados donde actualmente se cruzan Las Flores y el Acceso Sudeste. Una placa en ese lugar recuerda el paso de la institución boquense.  Al abandonar Wilde en 1915, el predio fue usado por el Wilde Football Club, inaugurado ese mismo año.
 
En los años siguientes aparecieron clubes que ya nadie recuerda, como el Club Atlético Nacional, el  Sportivo Wilde, fundado alrededor de 1921, el  Newls Old Boys de Wilde en 1927, cuya sede estaba en Mitre 6630.

Wilcoop
  El Sporting, fundado en 1925,  es el único  sobreviviente de aquella primera oleada.  Ubicado en  Mariano Moreno 6052, este club comenzó a funcionar en un pequeño chalet, pero creció de tal manera que  en la actualidad se puede considerar como el  más  importantes tanto en cantidad  socios como en instalaciones, ya que cuenta  con  pileta climatizada, cancha de básquet, vóley, pelota paleta, gimnasio y otras  dependencias.

Club Fátima
  Según el historiador Alfonso Diz en su  Historia de Wilde, existió incluso un club náutico. El Club de Regatas de Atlántida aparece en 1929 con sede social en Lartigau 584 y un amarradero en el canal de Sarandí. Sus socios se dedicaban principalmente al remo y competían en el Delta del Tigre. Otros clubes que se inauguraron en la década del treinta y  dejaron de existir  son el Atlanta de Wilde, en Bahia Blanca 320, el Social      Coronel Brandzen, con sede en Belgrano 5931.

 En 1939 fundaron el recordado Indio Football Club, donde el gran maratonista  Osvaldo Suarez corrió su primera carrera durante los festejos del 25 Mayo del año 1948, quedando segundo en el podio. Este club estaba en Cadorna al 200, donde hoy se ve  una peluquería y un estacionamiento. El Atlético Porvenir, inaugurado en 1934,  se encontraba una cuadra más arriba. De aquellos años también es  el Club Atlético Federal,  Estudiantes de Wilde y  Unión y Fuerza, fundado en 1933, que estaba situado frente a la Iglesia. La lista continúa.
Nuevo Sol de Wilde

Juventud de Wilde
 El Fortín es el más recordado de todos, tal vez por la gran actividad social y deportiva que tuvo mientras existió hasta mediados de los años setenta. Si bien estaba ubicado justo en el límite, del lado de Domínico,  la geografía y la  fisonomía barrial  hicieron  que los vecinos lo consideraran dentro de  Wilde.   La esquina donde funcionó a partir de 1936,   Dante Alighieri y Zeballos, en la actualidad es un baldío protegido por un paredón.  Allí se disputaron apasionantes competencias de permanencia en patín, donde los competidores  giraban y giraban sobre la pista durante más de un día,  hasta que el cansancio dejaba sólo a uno en pie. Era el lugar elegido para festejar las bodas y  por su salón desfilaron las mejores orquestas de la época.
Real Gonnet
  
Otro de los clubes que los más viejos  recuerdan  con nostalgia es el Colombófilo, que fue fundado en 1946 en Martin Fierro 120, en el mismo lugar donde hoy funciona un conocido salón de fiestas.  En aquellos años allí se organizaban carreras de palomas todos los sábados y domingos.  Desde su sede  las aves eran llevadas en canastas  hacia lugares alejados cientos de kilómetros, y de allí emprendían un  largo regreso contra reloj.




Pasan los años pero el  sentimiento es el mismo

El club suele ser el único lugar donde se mezclan varias generaciones  y los más jóvenes  tienen la oportunidad de escuchar las anécdotas y consejos de los más viejos.  Éstos  son los portadores de un conocimiento especial que no se aprende en ningún otro lado que no sea el club del barrio. Vieron jugar a Labruna, Erico y Corbatta, que por supuesto, según ellos,  fueron mejores que los jugadores actuales.  También  conocieron a Perón, estuvieron en  Plaza de Mayo en el 55, escucharon la mejor música, se colgaban  del tranvía en movimiento para no pagar, pescaron ranas del otro lado las vías, fueron más piolas para chamuyar mujeres y tuvieron épicas peleas contra pibes de otros barrios.  
Sporting Club
Dentro del club vemos nítidamente el paso de los años, tenemos referencias temporales palpables.  Los muros que envejecen, los parroquianos que sin aviso dejan de venir, los trofeos que juntan telarañas sobre una elevada repisa,  la pelota “colgada” eternamente en la cabreada del tinglado, a la  que miramos de reojo recordando el día lejano que la vimos volar y clavarse entre los fierros,  o las fotos con colores desvaídos que cuelgan  enmarcadas en una pared, mostrando equipos  pretéritos que algún día defendieron los colores  de la institución. Todo eso fueron  nuestros días.
  

Wilde es sinónimo de club, de canchita, de potreros que ya no existen pero que supimos de ellos por nuestros padres o abuelos. Año tras año, década tras década, miles de  niños wildenses han elegido  un club para escaparse de la tarea escolar y jugar con los amigos  hasta el anochecer, para crecer con la barrita del barrio entre cargadas,  picaditos de fútbol, cerveza,  pool o metegol y envejecer  en  largas jornadas de truco y anécdotas de la lejana niñez.


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